11.1.10



Había en otro tiempo una doncella élfica,
una estrella que brillaba en el día,
de manto blanco recamado en oro
y zapatos de plata gris.

Tenía una estrella en la frente,
una luz en los cabellos,
como el sol en las ramas de oro
de Lórien la bella.

Los cabellos largos, los brazos blancos,
libre y hermosa era Lórien,
y en el viento corría levemente,
como la hoja del tilo.

Junto a los saltos del Nimrodel,
cerca del agua clara y fresca,
la voz caía como plata que cae
en el agua brillante.

Por donde anda ahora, nadie sabe,
a la luz del sol o entre las sombras,
pues hace tiempo que Nimrodel
se extravió en las montañas.

Un barco elfo en el puerto gris,
bajo el viento de la montaña,
la esperó muchos días
junto al mar tumultoso.

Un viento nocturno en el norte
se levantó gritando,
y llevó la nave desde las playas élficas
sobre olas que iban y venían.

Cuando asomó la pálida aurora
las montañas grises se hundían
más allá de las olas empenachadas
de espuma enceguecedora.

Amroth vio que la costa desaparecía
debajo y más allá de la ola,
maldijo la nave pérfida que lo llevara
lejos de Nimrodel.

Había sido antaño un rey élfico,
señor del valle y de los árboles,
cuando los brotes primaverales se doraban
en Lothlórien la bella.

Lo vieron saltar desde la borda,
como flecha de un arco,
y caer en el agua profunda,
como una gaviota.

El aire le movía los cabellos,
y la espuma le brillaba alrededor;
lo vieron de lejos hermoso y fuerte
deslizándose como un cisne.

Pero del Oeste no llegó una palabra,
y en la Costa Citerior
los Elfos nunca tuvieron
noticias de Amroth.



by Legolas el Elfo, mientras estaban en Lórien.
"El Señor de los Anillos I: La comunidad
del Anillo" - Libro segundo.


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